viernes, 5 de marzo de 2010

El ciclismo es una piña y se vuelca en las desgracias

El CC Beton rindió un homenaje a su corredor Antonio Salcedo Sanz, ingresado en el hospital de paraplejia de Toledo, donde se recupera de un grave accidente sufrido en la bicicleta. Su hermano Ignacio recogió la placa y tiene previsto entregársela mañana

"No es grande aquel que nunca falla, sino el que nunca se da por vencido". Es la frase de la placa que entregó el Club Ciclista Beton de Corella a Antonio Salcedo Sanz y que recogió su hermano Ignacio.

El club corellano aprovechó el acto de su presentación oficial de la temporada 2010 para rendir homenaje a su corredor, que no pudo asistir porque en la actualidad se encuentra en el hospital nacional de Paraplejia de Toledo, recuperándose del accidente de bicicleta que sufrió en Insbruck el 25 de agosto de 2009. Contaba entonces con 53 años y es socio de una empresa dedicada a trabajos de mecanizado.

Las emociones se le echaron encima de golpe a Ignacio Salcedo cuando recibió una cariñosa y cerrada ovación por parte de todos los amantes de la bici que se dieron cita en Fitero. Y noto cómo la boca se le quedaba seca cuando Antonio Ágreda, coordinador del equipo, afirmó que el objetivo anímico del Beton para esta temporada era "la recuperación de la invalidez que sufre Toño".

¿Qué sensaciones tiene?

Todo ha sido muy fuerte. Le voy a llamar ahora para contárselo y la placa se la llevaré a Toledo el sábado (por mañana), para que la coloque entre sus cosas. Debe tenerla cerca, porque es para él.

¿Cuesta mucho rememorar aquella jornada tan dolorosa?

Cuesta, pero fíjese, lo recuerdo todo perfectamente. Al acabar la temporada de veteranos, mi hermano se marchó a Austria con otros amigos aficionados a la bici de varios equipos de Navarra. Concretamente en Innsbruck, en una bajada a 60 km por hora, al tratarse de carreteras muy estrechas, un coche sobresalía y aunque mi hermano lo vio, no le dio tiempo a evitarlo. Se pegó en un pómulo de la cara, el cuello se le dobló y se produjo varias lesiones en las cervicales 4 y 5 y otra en la 8.

Ahí la vida cambió para Antonio...

Claro, porque partir del momento del accidente estuvo ingresado en un hospital austriaco una semana, otra más en Navarra y el 8 de septiembre ingresaba en el centro de paraplejias de Toledo. Él es muy fuerte, y en estos últimos tiempos está muy animado, aunque es consciente del alcance de las lesiones que padece, pero ve que hay gente que está peor que él. De cabeza está bien, aunque a veces pasa por momentos más complicados. Durante los dos primeros meses estaba muy deprimido, pero ahora ya va aceptando poco a poco la situación.

Las visitas serán constantes.

Hay que estar con él. Agradece la compañía, y ni su mujer ni sus dos hijos se apartan de él. Nos organizamos de modo que Antonio siempre tenga a alguien a su lado y además van a verlo algunos amigos. Estamos continuamente yendo y viniendo a Toledo para que se sienta apoyado.

¿Cuál es su estado actual?

Toño ha recuperado el movimiento en el brazo izquierdo, aunque no el de la mano. También en el derecho ha experimentado un leve progreso.

¿A usted también le gusta la bici?

Yo también practicaba, pero a partir de lo de Antonio tengo miedo, la verdad. Por mi trabajo, con 8 o 9 horas en el camión, me doy cuenta del riesgo de los ciclistas en la carretera. Veo mucho más claro que antes el peligro.

¿Qué ha significado para usted el accidente de su hermano?

Ha habido un antes y un después y también una lectura positiva. Cuando la desgracia llega, el ciclismo es una piña y se vuelca sin reservas. Nosotros estamos muy agradecidos a todos

Fuente: Diario de Navarra 05/03/2010 Paco Romera

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